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jueves, 14 de febrero de 2019

CISTITIS IDOPÁTICA FELINA

Cistitis intersticial felina 

         Algunos de los signos clínicos que podemos notar si nuestro gato sufre alguna enfermedad en el tracto urinario inferior (TUI) incluyen molestias al orinar, dificultad o dolor al orinar, orina fuera o alrededor de la bandeja de arena, orina muchas veces pero poca cantidad cada vez, presencia de sangre en orina
Como comentábamos, estos signos son comunes a varias enfermedades de las vías urinarias inferiores felinas (urolitiasis, tapones uretrales, defectos anatómicos, problemas de comportamiento, neoplasias o infecciones del tracto urinario) pero en algunos casos no se llega a encontrar una causa concreta, entonces hablamos de cistitis idiopática felina o cistitis intersticial felina (CIF). 

         La CIF es un trastorno inflamatorio no infeccioso que tiene algunas semejanzas con la cistitis intersticial humana. En humanos se describen dos formas de cistitis intersticial, una forma ulcerativa y otra no ulcerativa. Los gatos presentan generalmente la forma no ulcerativa, aunque en algunos casos es posible apreciar pequeñas hemorragias en la submucosa vesical. 

En felinos, la CIF tiene un origen multifactorial Se sabe que afecta con más frecuencia a gatos machos de edad media, obesos y a aquellos que no tienen acceso al exterior. La castración y la alimentación con dieta seca (pienso) también son factores de riesgo. Además, parece existir mayor riesgo en gatos sometidos a estrés crónico, ya que éste genera una serie de cambios que acaban produciendo alteraciones en el epitelio de la vejiga. En la cara interna de la vejiga de los animales sanos, existe una capa de glucosaminoglucanos (un tipo de polisacáridos) que impiden que las bacterias se adhieran y evitan que la mucosa de la vejiga se vea expuesta a componentes de la orina que pueden ser perjudiciales. En felinos (y humanos) con cistitis intersticial hay un defecto en esta capa, por lo que la orina contacta con capas más profundas de la vejiga produciendo una inflamación neurogénica dolorosa. Ese dolor se traduce en algunos gatos en un lamido excesivo del abdomen ventral, generando alopecias en esta zona, por lo que en estos casos siempre debemos descartar que se trate de un problema de CIF. 

Para llegar a diagnosticar cistitis intersticial felina, es necesario realizar diferentes pruebas diagnósticas para descartar otras enfermedades que afectan al tracto urinario inferior o bien para detectar otros procesos o enfermedades que puedan cursar conjuntamente.
 Las pruebas que deben realizarse incluyen análisis de orina, radiografías simples y/o con contraste y ecografía. En algunos casos puede ser necesario realizar también una citoscopia para descartar patologías menos frecuentes (uréter ectópico, urolitos pequeños, pólipos…). 

En cuanto al tratamiento, algunos pacientes se recuperan de forma espontánea en unos días, pero si no se toman medidas a largo plazo son frecuentes las recidivas en los siguientes meses o años. Las medidas más importantes son: 

* Incrementar la ingesta de agua (colocar varios bebederos por la casa, fuentes…)
* Aumentar el porcentaje de comida húmeda (latitas) de la dieta. Con esta medida conseguimos diluir la orina para así disminuir el dolor y la probabilidad de recaídas. En algunos casos están indicadas dietas urinarias específicas.
* Fomentar la actividad del gato para evitar la obesidad o para promover la pérdida de peso en gatos obesos. Es importante que coman varias veces al día pequeñas cantidades de comida cada vez. Si es necesario se puede administrar una dieta hipocalórica.
* Enriquecer el entorno (juguetes, rascadores…) y disminuir las causas de estrés si las hemos identificado.
* Existen suplementos dietéticos con glucosaminoglucanos y otros compuestos que pueden ayudar a restaurar la integridad de la pared vesical. 
* Feromonas en difusor, para el control del estrés y ansiedad.
* El manejo del dolor con analgésicos está indicado siempre. El veterinario debe elegir el más adecuado para cada paciente.